miércoles, 7 de enero de 2015

Significado del trabajo en Capricornio

En el décimo trabajo, la tarea de Hércules consiste en bajar al inframundo o infierno para rescatar a Prometeo de su perpetua agonía por el castigo infringido por los dioses.

Hasta ahora hemos visto que Hércules, como héroe del mito, o bien se salva a sí mismo salvando a los demás o bien salva a la humanidad salvándose a sí mismo. El mayor o menor infortunio dependerá del grado de impersonalidad con el que acometa sus tareas.


En cambio, la consecución de este décimo trabajo puede vislumbrarse de manera arquetípica. Es decir, Hércules va a reunir en su actuación los contrarios normalmente separados: el sí mismo individual y el otro mismo colectivo, de forma que la liberación de Prometeo puede dibujarse como una tendencia a la que cualquier ser humano en evolución ha de apuntar.

En “Astrología Esotérica” se afirma que la puerta de la Iniciación se abre en Capricornio. Más concretamente: Hércules simboliza el camino que ha de recorrer todo hombre ante su cuarta iniciación, la liberación de su Ángel Solar o Prometeo del Cosmos.

Los Ángeles Solares son excelsos seres que, libres ya de karma, respondieron a la invocación del Logos Planetario de la Tierra y a la invocación mística del hombre animal de hace unos 18 millones de años, en la tercera subraza de la raza Lemur, para acelerar la evolución del la incipiente humanidad. Para ello, descendieron del cuarto subplano del plano búdico donde radicaban al tercer subplano del plano mental para infundirl Luz en las mentes de los hombres para que pudieran ir adquiriendo conciencia de sí, para poder desarrollar el cuarto reino de la naturaleza.

Este hecho se conoce como el Gran Sacrificio de los Prometeos del Cosmos.

Prometeo encadenado.
Nicolas-Sébastien ADAM (1745)
Museo del Louvre
Como nos relata el mito, Prometeo es encadenado a una roca, simbolizando el lazo, la relación y el sacrificio entre lo superior y lo inferior, entre un Ángel Solar y un hombre.

El inframundo o infierno donde se encuentra encadenado Prometeo simboliza el mundo de oscuridad y karma en la que se desenvuelve el hombre de hoy en día.

El buitre picando o devorando el hígado nos refiere concretamente al plexo solar, la región donde actualmente se debate la humanidad, con sus irresolubles estados sangrantes, día tras día. El hombre instintivo actual está gobernado por sus deseos, sensaciones e intenciones, de manera que imposibilita su progreso y por ende, la liberación de su Prometeo o Ángel Solar.

Si Prometeo se ha sacrificado por el hombre, el hombre debe de sacrificarse por Prometeo. De ahí que el trabajo de Hércules en este caso sea arquetípico, dado que muestra el camino que todo hombre ha de recorrer: el largo, costoso y profundo camino que nos conecta con nuestro Prometeo o Ángel Solar.

En el descenso al inframundo Hércules es acompañado por Atenea y Hermes, es decir, que en el camino de búsqueda interior tan sólo podemos guiarnos por nuestra inteligencia superior, la intuición que nos procura nuestros estados de serena expectación o de plena atención. De esta forma, no nos veremos afectados por adversidades pasajeras (en el mito, Caronte lo conduce en la barca que atraviesa el río Estigia sin exigirle pago alguno) o perturbados, petrificados por espejismos del pasado (en el mito, Hércules percibe a Medusa sin que le ocasione daño alguno).

Como en todo mito, el héroe ha de superar una prueba determinante para lograr su propósito, en este caso ha de dominar a Can Cerbero, el perro guardián del inframundo que impedía el acceso a la liberación de Prometeo. Cerbero poseía tres cabezas con serpientes enroscadas en sus cuellos. Estas cabezas simbolizan al cautiverio que deseos, sensaciones e intenciones imponen al hombre de forma ilusoria (serpientes).

Hades le permite liberar a Prometeo siempre que venza a Can Cerbero con sus propios medios, si armas ni artimañas. Es decir, que nunca podremos vencer a nuestros deseos, sensaciones e intenciones con las armas de la personalidad: nuestro cuerpo, nuestras emociones o nuestra mente... con aquello que no es realmente nuestro.

De esta forma, en el mito Hércules salta sobre la cabeza del deseo (la que gobierna al resto) estrechándola por la garganta con su puño hasta dominar a Can Cerbero.
En la garganta se ubica el 5º Chakra, el laríngeo – Vishuddha- a través del cual expresamos lo que pensamos, sentimos, vemos y deseamos. A través de este chakra decimos “si” o “no” a las opciones de la vida. A través de él, el hombre inconsciente de sí, expresa descontroladamente todo lo que fluye por su plexo solar.

Pero cualquier expresión del deseo que surja del plexo solar del hombre será insaciable, infructuosa, tanto como devorar el hígado de Prometeo… al día siguiente se vuelve a regenerar.

Como Buda apuntaba, la fuente de nuestro sufrimiento se encuentra en nuestros deseos y apegos, y que el camino para la liberación (de Prometeo) pasa por transmutar el deseo en aspiración, para así permitir la expresión del deseo del Alma o Voluntad Superior y surgir del inframundo para abrazar la LUZ.


Alma Betania


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